Junior fortaleció su defensa, volvió al camino de la victoria y le dio tiempo a Perea
El elenco barranquillero mostró otra cara que le sirvió para superar el mal momento.
Junior no fue vistoso, pero hizo lo que tanto se le esperaba: cambiar, porque por donde iba no era el camino correcto. Y mucho de esto es virtud del entrenador Luis Amaranto Perea, cuya reacción al ver su puesto seriamente amenazado se la jugó por cambiar el aspecto y formación del equipo.
Perea tomó una decisión, cuando no valiente, al menos sí inteligente: aseguró primero que todo su arco, pues esa defensa permeable y llena de errores de otros juegos, era lo que le había costado muchos goles por debajo de los diez minutos de partido y que no le daba garantía de nada.
Luis Amaranto buscó soluciones para la defensa desde los táctico y estructural, así como desde los mismos nombres de las piezas que conforman el esquema. Y es que los cambios se hicieron sentir.
La primera gran medida -reclamada por propios y extraños- era la salida de la nómina titular de Dany Rosero. Perea finalmente se decidió por sacar al central y le dio chance a Jefferson Gómez, quien aprovechó su oportunidad y salió de la grama por precaución, ante unos calambres.
Además, dejó en la banca a Marlon Piedrahita para colocar a Fabián Viáfara en su posición natural, aprovechando el regreso de un solvente Gabriel Fuentes quien demostró porque es el dueño de la posición en el equipo.
Asegurado el cuatro de fondo, Perea puso un volante extra en la línea de contención. Al lado del laborioso Fabián Ángel, Larry Vásquez encontró el espacio para mejorar el quite y desdoblar al ataque. Esto completó la labor de Juan David Rodríguez, más acostumbrado al manejo de la pelota que a quitar.
Los únicos damnificados fueron los tres de ataque. Freddy Hinestroza y el argentino Fabián Sambueza tuvieron que correr más de lo que podían generar y Teófilo Gutiérrez se exigió al máximo para poder entrar en contacto con la pelota.
Al final el cero en el arco y la efectividad en dos jugadas le dieron el impulso para mantenerse entre los ocho con 16 puntos.
En las cifras defensivas, Junior no permitió ni un tiro al arco y tuvo una efectividad en el quite de pelota del 65%. Además de eso, hizo 20 quites de pelota y cometió 15 faltas. Finalmente terminó con un dominio de pelota de 53.7% de la posesión, indicando que también se defendió con el balón.
Estaba claro que Junior necesitaba cambios y estos llegaron. Veremos si no quedarán en un partido o si por el contrario son acciones de verdadero convencimiento.
Este fin de semana, ante Patriotas, es otro de esos partidos donde se debe salir a ganar, sí o sí. Pero al menos ya el clima es otro y con la tranquilidad de haber ganado ahora Perea deberá sumar a esa tónica defensiva las herramientas para darle un poco más de fuerza al ataque.
El rompecabezas está ahí y todavía Perea no ha salido de la ‘zona roja’.
Todavía le falta bastante para relajarse. Cualquier resbalón y seguro que se cae del banco de Junior, cuando todavía hay mucho por jugar.